miércoles, 11 de marzo de 2009

11-M

La generación de los '60 en Estados Unidos nunca olvidó dónde estaban y lo que hacían cuando asesinaron a John F. Kennedy. Por desgracia, los de la mía tenemos 2 momentos que recordar para siempre: el 11-S y el 11-M, separados, únicamente, por 2 años y medio.

Recuerdo una voz angustiada diciéndome: "No sé qué pasará, pero ha sido algo muy grave", cuando todavía no se sabía muy bien qué habia pasado o, mejor dicho, cuál era la magnitud de lo que había pasado. Un desconcierto colectivo que no hacía más que aumentar el pánico que sentíamos.

Desde luego, cualquier víctima debe ser considerada un adalid de la grandeza de la democracia. De hecho, cualquier terrorista sabe que tiene la ventaja de que, mientras él quiere matar, nosotros, los demócratas, queremos que tenga un juicio justo y sea condenado a prisión.

Ese atentado luchaba contra nuestros valores, ya no sólo los de España, sino los del mundo occidental. Luchaba contra cosas como la igualdad entre hombres y mujeres, las libertades que hemos conseguido entre todos. Luchaba por una causa que es imponer el miedo y que haya un retroceso.

Pero no lo lograrán. Ni lo lograron quienes perpretaron esta masacre, ni lo logró ni lo logrará ETA, ni lo logrará nadie. La libertad es demasido importante para prescindir de ella.

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