Las transferencias del PSOE

Una vez pasadas la elecciones, los partidos se preparan a nivel interno a través de sus congresos. Este fin de semana, El Partido Socialista Obrero Español ha celebrado el suyo.
Una vez más, vemos la escasa capacidad de crítica que impera en nuestros gobernantes. Cuando la autocomplacencia no es una opción, sino que es la única posibilidad, resulta difícil salir de las encrucijadas en las que nos encontremos en cada momento.

Es por eso por lo que suena muy raro ver que los problemas que la sociedad española debe afrontar con premura son la falta de laicidad (suena raro en una sociedad aconfesional como la nuestra), la eutanasia o la falta de derechos civiles.

Si una persona que no conoce nada de nuestro país lee estos puntos, pensará que estamos en una democracia recién estrenada tras un período autoritario que se remonta al s. XIX.
También, como en todo congreso, ha habido su parte cómica. No está claro si es humor negro o rojo, pero sin duda tiene que ser humor lo que ha sucedido con respecto a la postura del PSOE y el agua.

No apoyan los trasvases. ¡Qué va! Apoyan las transferencias de agua con infraestructuras. La diferencia entre ambos términos es la misma que entre crisis y desaceleración acelerada de la economía. Es decir, tan sólo nuestro Presidente del Gobierno la conoce.

Y, a pesar de todo, José María Barreda, presidente de Castilla-La Mancha, se dice triunfador. La gente no necesita juegos florales y, mucho menos, léxicos. El PSOE ha aprobado la defensa de los trasvases, lo que afecta a nuestra región y el trasvase Tajo-Segura, y, lo que es peor, a la reforma de nuestro estatuto.

Es difícil de creer que, ahora, el PSOE apoye el final del trasvase como viene recogido en la reforma del Estatuto de Autonomía que entre PP y PSOE pactaron hace ya algún tiempo. Seguiremos siendo los más solidarios. Y practicaremos el Plan Nacional del Agua que nos tiene preparado el Gobierno. Rezaremos para que llueva.

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