La política es más irracional. No recurre sólo a la lógica, ya que en nuestras filias políticas entran otros aspectos, como la atracción que pueda despertar un político con un discurso, la simpatía que despierte con un gesto o la sensación que produce con una sonrisa.
Por fortuna, todavía queda un componente emocional en la política, que, al fin y al cabo, es tan natural como humano. Si todo se midiera en parámetro objetivables, todo sería muy aburrido, ¿no?
Hago toda esta introducción porque es una buena definición de lo que está ocurriendo en Estados Unidos. Y es que ambos candidatos, aunque de manera mucho más pronunciada Barack Obama, son buenos oradores, capaces de hacernos soñar. Y eso, al fin y al cabo, es algo importante también.
Tanto John McCain como Barack Obama han sabido regenerar la política en Estados Unidos, acercarla a una sociedad que le había dado la espalda. Quizás otros puedan aprender algo, e incluso aplicar esta lección (el primero, yo), ya que, cuando se pierde la ilusión en un proyecto político, este proyecto no es más que un cadáver que mientras más se tarde en enterrar, peor será para todos.
Como una imagen vale más que mil palabras, dejo 2 muestras de sus discursos.
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